
Hace unos años atrás no podría darse con un vino malbec cien por ciento nacional en España, ya que siempre se empleó la variedad como complemento de Merlot o de Cabernet Sauvignon, y para beber un buen monovarietal había que conseguir un tinto argentino. Paralelo a todo esto, y para a alegría de los amantes del vino, algunos enólogos y vitivinicultores desde comienzos del 2000, comenzaban a cultivar sus vides malbec en suelo español.
En Segovia, Castilla y León, se logra un malbec monovarietal a 920 metros de altitud, añejado casi durante un año resultando un vino de carácter y estructuras sin precedentes, virtuoso al paladar y al olfato. En este caso no solo se demuestra con semejante producto, la excelente adaptación del cultivo al terreno, sino que apoya el comienzo de una producción nacional y la obtención de su denominación de origen.
También, a elevadas alturas (1100 metros) y con el clima propicio para la variedad, en Cuenca, La Macha, una prestigiosa bodega española luego de años de adaptación y trabajo duro, logra un fresco y exquisito malbec muy aceptado hoy en día en el mercado local.
Y Valencia también tiene lo suyo, luego de unos 10 años y tras haberse enamorado de los malbec de Argentina, un productor local obtiene un fino y elegante vino de aroma a frutos maduros, con notas de tabaco y cuero, de exquisita elaboración y calidad local.
De ahora en más se abre camino este auténtico varietal malbec de tierras españolas. Con su impronta singular y tras años de trabajo, ahora los fanáticos de esta variedad y del buen vino deberán viajar a España para poder saborearlo.